De las ventajas de vivir o pasar tiempo en el Imperio (USA), es que consigues ingredientes que no llegan a la colonia más vieja del mundo, o sea Puerto Rico. En mi estadía en Arizona en casa de mi hermana la menor, decidí hacer pasta. Pero no cualquier pasta, encontré en un minimarket los shells gigantes. De esos que presentan en muchas recetas por TV y más si te metes al face solo para ver estos videos de recetas de comida rica. Pues decidí hacerlos, aunque mi hermana no come pasta, pero casi se los come todos.
La receta es bastante straight forward. Lo único que necesitas es tener variedad de quesos.
Los ingredientes son los siguientes:
1 paquete de shells grandes
1 taza de espinaca
12 oz de queso ricotta
queso mozzarrella rallado (para la mezcla del relleno y para el topping)
queso cheddar (mild)
1 huevo
sal y pimienta
cebollines (para la mezcla y para decorar el plato)
1 pote de salsa de tomate (Yo usé la Italian Garden, porque tiene un toque dulce y es chunky)
ajo y cebolla picado.
aceite
Procedimiento:
Cortar cebollines y la espinaca y en un envase mediano mezclar éstos, con el ricotta, mozzarella la sal y pimienta. El queso ricotta es básicamente la precipitación de las proteínas de la leche con ácido y calor por lo que no tiene sabor y condimentar correctamente es esencial. Así que antes de añadir el huevo (para que no te contamines con Salmonella), prueba la mezcla. Cuando tengas ya todos los ingredientes en el bowl, mézclalos bien y reserva en la nevera hasta que estés ready para rellenar los shells.
Los shells tienes que cocinarlos según las instrucciones del empaque. Es importante que el agua esté hirviendo, que uses una olla grande, (la pasta absorbe agua y se infla) y que hayas echado suficiente sal. Que el agua esté salada como el mar. Cuando estén listos, los cuelas y recuerda que por su forma puede quedar agua dentro de algunos, asi que sacude la olla mientras los cuelas. Y siempre recuerda que el vapor de agua quema más que el agua hirviendo. Luego de escurrirlos acomódalos en un plato y dejalos enfriar. No quieres quemarte mientras los rellenas.
Mientras tanto pon a calentar el aceite en una sartén (que puedas meter en el horno, si no ten una bandeja lista). Machaca los ajos (para liberar la alicina y obtener beneficios anti-microbianos) y pica la cebolla en cuadritos y échalos a sofreir. Luego de que la cebolla esté suave y cocida, echa la salsa de tomate y sofríe nuevamente.
A este punto ya tienes que poner a precalentar el horno a 350.
Toma el shell y con una cuchara, toma de la mezcla de quesos y rellena cada uno con mucha precaución de que no se rompan y luego colócalos en la sartén que tiene la salsa. Si vas a usar una bandeja de metal o cerámica vas a tener que transferir la salsa aquí. Cuando ya los tengas todos rellenos añade más queso mozzarella rayado y el queso cheddar. Mételos en el horno por 25 minutos hasta que el queso esté "bubbling and golden brown" (en este punto, está ocurriendo la reacción Maillard, donde esa reducción de azúcares en proteínas, promueve el color, sabor y aromas.)
Cuando sea el agraciado momento, decora con los cebollines y sirve con tu acompanante favorito y sé feliz.

Comments