La muerte repentina de mi exsuegro, me ha dejado pensativa. He pensado en mil cosas. Como volver con mi ex, sobarle, abrazarle, acompañarle. Estar con él cien porciento, estos días de dolor. Cuando lo vi el jueves, se me partió el corazón. Nunca lo había visto así. Nunca había visto la cara del sufrimiento en él. No quería dejarlo. No quería irme de su lado. Quería que el supiera que yo estaba ahí para él. Entonces me fui a mi casa, así, con el corazón partido en dos. Su sufrimiento era el mío. Pensé otras mil cosas. Mi mente se nublaba cada vez más. Pensé dejar todo atrás. Pensé olvidar todo lo dicho, todo lo hecho, todas las ofensas, todas las peleas. Mi deseos de estar con él eran más fuertes. Le comenté que me dolía verle así, que me dolía que no me contestara los mensajes, no porque me ignoraba, sino porque no sabía de él. No sabía como estaba, como se sentía, si necesitaba algo. El amor volvía y se apoderó de mi y mi cabeza por varios días. I recuerdo analizar por enésima vez, la canción de Rihanna que dice: "Must be love on the brain, that´s got me feeling this way".
Pero luego volví a mí. Volví al ser racional que vive en mí. Y decidí irme al campo a respirar aire fresco, salir del epicentro de una buena vez, liberar mis pensamientos, buscar una respuesta y escuchar mi corazón. Esperando que el destino me lo pusiera en el camino y me librara de mis dudas, dio la noche. Entonces le conté a Luna llena, lloré mis últimas lágrimas y ahí lo supe. Ya él, no es mi responsabilidad. Ya no soy quien lo deba consolar. Su dolor no puede ser mi dolor, porque su amor no es mi amor.
Las historias se acaban y los capítulos hay que cerrarlos, siempre. Que no me agarre la vida con un libro incompleto o escrito a medias. Que no recuerde, el perder mis mejores años por un hombre que estaba a veces, que decidía estar presente cuando le placía.
Para mi, 13 años son suficiente.
Que no sean solo temporadas o momentos instantáneos los que recuerdes de tu tiempo con alguien. Mereces más.
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