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MEMORIAS DE UNA GUAYABA

Sobreviviendo y combatiendo. Luchando y diciendo lo que pienso. Y claro, incomodando siempre. 

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Melinna Reyes

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Madre e hijo: dos recorridos.

Foto del escritor: Melinna Rey.RodzMelinna Rey.Rodz

Actualizado: 10 abr 2022

Hoy me levanté con ganas de ir a la playa. Mi cuerpo sabe lo que viene. Ya las lágrimas se acercan y mi corazón se acelera. Me he tardado demasiado.



Hoy me levanté pensando en tu madre y en la mía. En las pocas mujeres que te rodean y en las muchas que me rodean a mi. ¡Cuanta la diferencia! Hoy y hace meses observo la diferencia en crianza que recibimos. Hoy pienso en cómo después de tanto, estás tan lejos, de mí, de tu cría. Hoy no pienso en nada más que en tu lejanía. No sabía que podrías ser así. No pensé que te hubieran criado y educado así. Y sí, culpó a tu madre por esto. La culpo porque no te crió otra persona, fue ella. La culpo porque desde que te conozco no te he visto con tennis, camisas o mahones que no sean de marca. Porque lo material y la apariencia eran más importantes que la educación y enseñarte lo que es la responsabilidad. Porque tener cosas y carros y caballos era más importante que el asistir a la escuela y el respeto hacia los que te rodean. Porque no te enseñaron de prioridades. Porque no te halaron las patillas.



Hoy se refleja su gran fracaso. Su hijo menor ha hecho una criatura y ella se burla de su nombre mientras grita que será una chismosa, en tu cara y en la mía. ¿A dónde se fue lo de cristiana y ferviente católica? No en balde tu lejanía, si es que tienes el ejemplo contigo. Cuanta ignorancia! Cuanta inmadurez para los años que tienen. Cuanta decepción tiene tu tío y tu familia entera de ustedes dos. Sí, de tú madre y de tí. Cuanta vergüenza me da, que me paren en la calle a decirme que lamentan lo que ustedes hicieron conmigo.



Cuanta audacia la de tu mamá, en decirme que iba para la RD, específicamente para comprar la ropita para sacarla del hospital. En pedirme “cariños” luego de decir lo que dijo de mi cría, que ni siquiera ha nacido. Luego de no mandarme ni una china en todos estos meses, ¿y quiere tener ese honor?



Que audacia la tuya en pedirme fotos con la barriga. En pedirme estar presente en el parto. En que tu abuela me vea con la barriga. Tú, que mientras alardeas con “tus amigos” de que serás “padre”, llevas meses diciéndome que yo llegué embarazada a tu rancho, que te harás la prueba de paternidad, “que hasta que eso no sea 99.9%...”. Tú quieres una fotito y experiencias con la barriga, con mi barriga! Tú, que no me has dado un sobito. Tú, que no me has dado una palabra de consuelo, de fuerza, de resistencia. Tú, que no me has preguntado cómo estoy o que necesito. Que mientras todos te felicitan, tu no lo has hecho conmigo. Tú, que no me has dado un chavo prieto. Tú, que no has comprado ni un “onesie”. Tú, que me has dejado sola. Tú, que dijiste que mi cría era un error. Que me viste llorar las 3 noches que estuve en tu casa. Que hiciste pataletas como nene de 12 años. Tú, que me heriste con cada palabra de hombre mal criado, que salía de tu boca llena de caries. Tú, que me sacaste la carta del suicidio; a mi! Tú que querías que abortara, ahora quieres fotos con mi barriga.


Aquí tienes la anhelada foto.


Hoy observo los resultados de la crianza que te dieron. Hoy veo lo que te inculcaron. Hoy veo que no basta con ir a la iglesia, con tener a Dios en la boca, ni con echar la bendición en cada llamada. Nada de eso le resultó a tu mamá. Hoy se refleja todo lo que te faltó y en todo lo que ella te falló. Nada de eso te hizo una buena persona, ni un buen compañero.


Hoy hay una mujer de 34 años con una cría en el vientre, de un hombre de 36, al cual le falta demasiado. A un hombre que prefiere estar en su burbuja verde, desde que amanece, hasta que se acuesta a dormir. Que piensa en el suicidio, pero “lo más que ama es su vida”, esa misma vida que vive en su burbuja. Que no sabe lo que es ser responsable, que no establece prioridades, que tiene una motora y un four track en su sala, como si fueran floreros. Que no se cuida, que no se respeta, que no establece límites con los de afuera, que miente, que calumnia, que humilla. Un hombre que no habla de sus problemas, de sus preocupaciones, de sus grandes tristezas, de sus logros ni de sus alegrías. Que no ha podido establecerse ni conmigo ni “con la indicada, para que puedas hacer tu familia”. Que no sabe cómo ser padre, pero tampoco se ha dignado en aprender, leer o preguntar del proceso. Que piensa que las mujeres nacieron con escoba, mapo y ollas para cocinar. Que piensa que las mujeres que se tatúan son todo tipo de cosas y que se buscan las ofensas sexuales de los hombres. Un hombre de 36 años que no va al dentista, que no usa sunblock, ni cremas y que bebe refresco en exceso. Un hombre que confunde mi preocupación con un tal deseo de joderlo. Un hombre que lleva a su mamá a hacer compra, pero no puede asistir a una cita médica para ver a su cría.


No, yo no quiero joder a nadie.

Yo de esto, no tengo culpa alguna.

Yo no lo crié, tampoco fue “Patricia”.

Yo lo elegí por años largos.

Yo solo celebraba mi cumpleaños en días Santos.



Feliz cumpleaños a tu mamá.

16 de octubre de 2021

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