¿Hasta cuándo?
No, no quiero que me busquen trabajo. No quiero que me envíen ofertas de empleos. No quiero que sientan pena por mi. No quiero escuchar ¿donde estás trabajando? No quiero el: “¡peor es ná!” El “Yo no te crié para ser una mantenida”. El “Estudia, que eso no te lo quita nadie”
No señoras y señores. Yo busco trabajo. Yo me meto en las plataformas de ofertas de empleos. No, no siento ninguna pena por vivir del desempleo, ni en decir que estoy desempleada. No, no quiero lo peor. No, no me criaron para ser mantenida, pero tampoco me criaron para ser esclava, para que me falten el respeto, para exponerme al abuso y hostigamiento del patrono. No, mis estudios no me los va a quitar nadie, pero nadie está pagándome por tenerlos. Ya estoy cansada. Ya estoy hasta aquí. El abuso y la falta de respeto ante la clase joven profesional está llegando a niveles preocupantes, de riesgo. Estoy indignada de la situación a la que me enfrento, al igual que muchos otros jóvenes profesionales, durante años. Estoy enfurecida, estoy encabroná.
Mi nombre es Melinna Reyes y soy una profesional. Tengo un bachillerato en química de la PUCPR en Ponce y una Maestría en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UPR en Mayagüez. Tengo 32 años. Llevo $30,000 de préstamos estudiantiles en las costillas. Estoy desempleada y aún vivo en casa de mi madre. Y hoy vine a denunciar una vez más la situación en la que vivo.
La isla no me da nada. Ese era el plan. Hace décadas el plan se está cuajando. La isla prepara profesionales. Hacen su bachiller, hacen su maestría, hacen su doctorado. ¿Y qué pasa? Buscan empleo en la isla. En su isla, la que te parió, la que los vió crecer. Para pagar el favor, para dejarle algo a la comunidad donde creciste, para apoyar lo local; para no dejarla. Entonces te gradúas.
Empiezas con la búsqueda de empleo. Observas las ofertas de empleos, vas a entrevistas, preguntas por las condiciones de trabajo, por los beneficios, por la paga. Y de repente, sientes la bofetá en la cara de parte del patrono. No hay beneficios hasta que seas permanente, luego de 6-9 meses y cuida’o. No hay plan médico, no hay bono. Las condiciones de trabajo son de los años 50. Te expones a ser hostigada por tu jefe. Discriminan si eres prieto, colorao, tienes el pelo rizo o si eres mujer y hasta si estás preñá. Te acusan de problemática si haces las denuncias y te meten tanta presión que terminas renunciando. O te pagan a $10/h y te tienes que llevar el trabajo para la casa. Trabajas los fines de semana y aún así estás atrás. Aguantas faltas de respeto, pero te quedas porque eres responsable y no te gusta dejar las cosas a medias; además estás apretá de dinero, pero eso no es nuevo.
El sueldo es un insulto. Estos días salió una oportunidad de empleo. Se necesita Químico para Guayanilla, con BS, leía en anuncio. Para trabajar overtime, feriados, fines de semana a $8.50 la hora!!! ¿Cómo es posible que se nos falte el respeto de esta manera? ¿Ellos están conscientes de la dedicación que se requiere para culminar un bachillerato en química? Los libros que se compran? Las horas de estudio? Levantarse todos los días para aprender los fundamentos de la química. No todo el mundo se emociona con esto. No todo el mundo puede retener la teoría, la práctica, los cálculos, las síntesis, los mecanismos, las reacciones, las conversiones, la Tabla Periódica y el Factor estequiométrico, el comportamiento de los átomos, de los cuantos. ¿Y tú solo me ofreces $8.50 la hora? ¿Quién te mandó? ¿Quién es el patrono? ¿Cuanto dinero él hará por cada dólar que yo haga? ¿En qué proporción él se va a enriquecer con mi conocimiento y mi práctica? ¿Cómo se supone que me sienta con esta oferta? ¿Cómo se supone que se sienta la comunidad de químicos que existe en la isla? Is this even a joke?
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¿Y qué nos espera? No tenemos acceso a comprarnos una casa. Ni en sueños puedo pensar en comprarme una casa. No tengo trabajo. No consigo un trabajo estable. No hay un trabajo donde las condiciones sean aptas, humanas y deseadas, para retenerme por 30 años y así poder pagar una casa. ¿A qué puedo tener acceso? A un trailer, a un vagón y aún así, necesito un canto de tierra para colocarlo. ¿Pero no que el techo es una de las necesidades básicas del ser humano? ¿En qué momento se perdió eso de vista?
A esto súmale que no me puedo dar el lujo de tener una criatura. Ni siquiera puedo irme a vivir fuera de la casa de mi madre; ¿cómo puedo realizar una familia? ¡Si el presupuesto solo me alcanza para hacer compra, gasolina y teléfono! ¿Cómo podría mantener a una criatura? ¿Con qué dinero pago su alimentación, su salud? ¿Con qué voy a pagar las libretas y los uniformes cuando llegue el tiempo de la escuela? ¿Con qué dinero? ¡¿Con cuál?!
¿Y qué queda? ¿Qué opciones tenemos? ¡¡Nos tenemos que ir de PR, en busca de mejores oportunidades, porque la isla no las brinda!! Y se van. Y se rompen familia. Y ahí llega la depresión a los que se quedan. ¿Y quién iba a pensar que al crecer, tu familia se iba a romper? ¡¡¡Que tus hermanas, todas, se tendrían que ir por aquí no hay espacio para prosperar!!! ¡No lo hay!
¿En que momento las generaciones anteriores le dieron de codo a sus retoños y nos jodieron a tal nivel que con más 30 años y los hijos siguen en la casa de sus padres? ¿Cuándo fue? ¿A dónde se fue el afán de progresar, de amor al prójimo? Porque todo esto se trata de amor. Los que están allá arriba, los gobernantes, nos odian. ¡No nos quieren ni ver! ¿Trabajar para nosotros? ¡Si nos hunden todos los días con sus proyectos! Escondiendo suministros, para que el pueblo muera, sin discriminar. Lo desean y lo hacen. Vacilan con eso en sus chats. No nos quieren. Prefieren vernos muertos, que progresando, que estables, que felices, que saludables. Los gobiernos nos matan. Ese es su plan! Ese es el Plan.
Y el problema de toda esta corrupción, de que los patronos hagan lo que le da la gana con el empleado, de que el gobierno genere leyes que vayan en contra del empleado y a favor del empleador, es que el dinero no llega al pueblo. El dinero se lo quedan los ricos y no llega a los pobres. Es un ciclo: mientras más dinero llega a sus manos, a sus cuentas de banco, menos llega a las nuestras. El empleado no tiene beneficios y entonces tiene que pagar por servicios esenciales. Y ahí es cuando la empresa privada se hace rica. Y las grandes corporaciones, Big Pharma, planes médicos y hasta las empresas educativas, se hacen de millones. A cuenta nuestra, de nuestro sacrificio, de nuestro sudor, de nuestras necesidades, del cumplir como ciudadano. Y así todo, todo el tiempo.
Quieren nuestro conocimiento, pero no quieren pagar por él. Para ellos somos desechables, esclavos.
Sí, estoy desempleada y así lo estaré, hasta que un patrono me pague lo que me merezco.
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