Esta regla duele más que lo usual. Y hablo de la visita de Mother Nature a nuestro cuerpo cada mes. Esa, que corre paralela al ciclo lunar, esa regla. Hoy duele más. Hoy me duele el corazón y la mente hace mil preguntas que solo la ciencia me puede contestar, pero hoy es domingo y mi doctor está descansando.
La regla siempre me ha apestado. La detesto, me da calor, me dan los males de la muerte, me da frío y calor. Me dura menos de dos días, pero esos días me pesan. Hoy me pesa todo.
No la esperaba. Pensé que este mes no llegaría. Ya había pasado una semana y no llegaba y de momento me ilusioné. Pero llegó. Justamente hoy.
Estos días he estado pensativa. Pensando cómo sería mi vida con una criatura. Mis hermanas saben que me desmayo con las inyecciones y con la sangre y cuando mi sobrina me enseñaba sus dientes flojos. So ¿que valor tendría que tener, para aguantar eso en una criatura propia? Demasiado y ellas, mis hermanas, lo saben. Pero llegan los años y las crisis existenciales. Llegan los 30 y empiezas a meditar acerca del tema. Lo quieres, pero no. Lo quisieras, pero sabes que puede que no estés ready. Lo quieres, Pero tú sueldo es una mierda para mantener una criatura y el sistema te tiene viviendo con tu madre aun, so que, esto necesita reflexión.
Pero como dije, de momento a otro me ilusioné.
Y entonces llega, incomodando siempre, como al alma a la que pertenece. Llega y mi mente me tortura. Es una señal? Quien de las partes no puede? No puedo tener hijos? Hay algo mal en mi sistema, en mi cuerpo? La mayoría puede, mi sistema es igual de hostil que yo? Y me calmo, con el “este no es el momento, tal vez después, cuando estés más contenta, cuando las tías vuelvan a PR, tal vez con otro hombre, tal vez no se puede y ya”. “Mother Nature conoce mis debilidades ante la sangre, y mi cobardia ante las inyecciones”. Tal vez es eso. Pero, Mother Nature también conoce mis fortalezas...
Y vuelve otra vez el ciclo de preguntas.
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